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Píldora, pastilla, ampolleta,
que mas da, quiero dormir, tengo alergia, y una idea incendiaria, que no abandona mi cabeza.

quiero aprender biología humana,
esa ciencia que nace en la oscuridad de un cadáver.

La hermosura luego.

Y la pasión, descuidada, como esos tiernos niños suicidas que tienden a la muerte temprana, accidental.

Mi aspecto, mi memoria, mis razones y justificaciones, son tan terribles e invalorables que son basura a ojos de cualquiera.

O para otras será el universo mismo, el tamaño de mi alma, no lo sé.

Me cansé de especular en un momento, y dejé de escribir. ¿Acaso la tarea del escritor implica su miseria, o la presupone siquiera?