domingo, 18 de abril de 2010

Participación Urbana: Intro desde el graffiti 3

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Capítulo III
La personalización de la arquitectura en Colombia

La necesidad de personalización de la arquitectura, ha sido un tema de estudio para el Arquitecto Hernando Carvajalino con su equipo de Barrio Taller, en el artículo: El engalle de la vivienda popular . Carvajalino escribe sobre la diversidad cultural e identidad de los habitantes expresada a través de la vivienda popular. Este fenómeno nace a partir de la autoconstrucción de vivienda y surge de la necesidad de identificarse y apropiarse con su espacio.

El engalle popular se da generalmente como un proceso de creación colectiva del espacio público en donde los mismos habitantes de las casas se reúnen, generalmente en las vísperas de navidad, para decorar la cuadra; las casas son pintadas de colores vivos, utilizando rombos, estrella y varios motivos, algunos de ellos catalogados por Carvajalino.

Carvajalino da cuenta de esta realidad de vida y de cómo se asimilan los valores que comparte la colectividad, ya que en la construcción actúan propietarios, albañiles, carpinteros, ornamentadores, artesanos, pintores y grafiteros. El engalle no sólo está presente en la fachada, lo encontramos en el interior de la vivienda y en los buses de uso público. A estos últimos, escribe Carvajalino, se le colocan gallos que ambientan y adornan, según los gustos y preferencias personales: se cuelgan llaveros, se pegan calcomanías, refranes populares; desde imágenes religiosas hasta eróticas. En la fachada se engalla con rombos, estrellas, colores y texturas en la fachada; mientras que en el interior con matas de sábila, fotos familiares o nichos religiosos.

La personalización de la arquitectura y de los distintos espacios con el engalle resulta una práctica que representa nuestra cultura y nuestra forma de ver al mundo, en contraposición con la de las culturas que buscan imponerse por encima de la nuestra; de esta manera el engalle resulta siendo un elemento cultural que representa el ejercicio de libre determinación, siendo necesario para la reiteración de los valores democráticos; el engalle podría reconocerse como patrimonio cultural nacional por representar la cultura y ser expresión de la nacionalidad colombiana .

Diseño participativo.
La certidumbre de que todo está hecho anula la participación del sujeto.

La ciudad priva a los ciudadanos de generar una colectividad mediante la apropiación del entorno y la construcción de una memoria colectiva. La gran mayoría de las propuestas urbanas y arquitectónicas se dirigen actualmente sin tener en cuenta ningún tipo de diseño participativo. La planeación urbana aplica soluciones estándar a problemas concretos, lo cual crea una desconexión entre la ciudad y sus habitantes limitando la participación ciudadana.

Tanto en los propietarios como en los aeropiratas, prima el deseo de personalización del espacio urbano. Frente a esto han surgido dinámicas de personalización de la ciudad; el engalle, el grafismo, y las intervenciones colectivas para celebraciones tradicionales. Son iniciativas presentes en los barrios populares, el grafiti particularmente se esparce en lugares simbólicos de la ciudad: plazas, monumentos, edificios de oficinas y colegios. Estos procesos sociales son una fuente constante de memoria colectiva.

Con la zonificación del grafiti, propuesta dentro del proyecto de ley en torno a la libertad de expresión en lugares públicos se solucionan las dificultades sobre la utilización de las culatas y la apariencia desgarradora provocada por las propuestas urbanas de acondicionamiento vial, pero a su vez también se despoja del grafiti su naturaleza presente en razón a su indiferencia con respecto a la regulación y a la solicitud de permisos previos al ejercicio de la expresión.

Es por esto que este proyecto, a pesar de regular este complejo entramado jurídico, reduce la capacidad de impacto mediante la apropiación de espacios simbólicos que posee el grafiti, desnaturalizando el significado de este leguaje llevándolo a unas esferas de criminalidad hasta hoy desconocidas en Colombia.

Este proyecto establece censura previa en la realización del grafiti al exigir permisos para su realización y al excluir legalmente del concepto de expresión aquel grafiti que se realice sin estos permisos. Asimismo, al regular los lugares susceptibles de ser utilizados para expresión pública contempla censuras indirectas que impiden el uso de la ciudad como herramienta de expresión que alejan del espectador la obra creando limitaciones excesivas al acceso a la información y a la cultura. Esta medida impediría incluso la disposición del propietario a realizar ornamentos en su fachada sin el permiso oficial.

La iniciativa contempla ciertos correctivos al ejercicio del grafiti realizado por fuera de los lugares permitidos, para los reincidentes se establecen desde pagos de multas hasta la posibilidad de encuadrar la conducta dentro del tipo penal de daño en bien ajeno. La expresión resultaría criminalizada de convertirse en ley este proyecto.

Es por esto que, aceptar la ciudad desde su interculturalidad, con participación ciudadana y con una ponderación de los derechos fundamentales a la propiedad, al uso del espacio público, al acceso a la cultura, a la libertad de expresión y a la comunicación desde sus diferentes dimensiones implica despojarse de una visión tecnocrática, basada en la regularización y la zonificación unidimensional. Entender esto abre la posibilidad de generar acciones participativas, concertando y construyendo con la sociedad civil, esto contrasta, por ejemplo, con la imagen de los proyectos de vivienda de interés social donde solo prima el ideal de una ciudad en orden.

La democratización de la construcción urbana debe implicar una ciudad acorde a los múltiples rasgos culturales de sus habitantes y la latente necesidad humana de personalizar los espacios que lo rodean; en este sentido es necesario un replanteamiento de los actuales aspectos normativos y de las apuestas en torno a la regulación al respecto de este tema, factores como la dotación de zonas de sesión para grafitis en zonas de alto contenido simbólico (grafitis en estaciones de policía, colegios o instituciones del Estado); o la previsión del engalle en la vivienda popular, deben ser tenidos en cuenta en los procesos de urbanización para que estos sean acordes a los mandatos internacionales y constitucionales y para que de esta manera no se establezcan como límites al ejercicio de los derechos fundamentales.



Buseta engallada

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